La criatura le había dado tres días, pero decidirse solo le había llevado uno. En un principio lo había descartado completamente, pero Castro, ese jefecillo de tres al cuarto, con el menosprecio, soberbia y altanería que tan solo un mando intermedio puede tener, le había obligado a hacerlo a base de menoscabar su autoestima de […]
Relato escrito en 2007
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